Análisis de la beta privada de la web app de Spotify


 Hace unos días que Spotify lanzó la primera beta privada de su aplicación web.

No es un secreto que los miembros de este blog formamos parte de la beta privada de su aplicación para escritorio (windows) y de la beta pública de la versión nativa para Linux. Como no podía ser de otra forma, los de Spotify nos han permitido el acceso a su aplicación web y nuestra opinión sobre este nuevo servicio ha sido más que favorable y os lo contamos.

La aplicación web de Spotify es fabulosa. Tiene una interfaz nueva, no ha sido una adaptación de la UI de su versión de escritorio y aunque no me gusta tanto como la de escritorio tengo que reconocer que es muy fluida y funcional aunque a veces pierdes de vista la canción que se está reproduciendo y la cola de reproducción. Esto puede ser molesto si no tienes la aplicación sonando de fondo, cuando estás confeccionando una lista de reproducción o descubriendo música nueva. La administración de listas de reproducción está mucho mejor programada en la versión de escritorio aunque el tiempo mejorará estos pequeños inconvenientes.

La búsqueda es rápida y lleva a una pantalla que surge de una transición muy bien hecha. De hecho,toda la web app se caracteriza por su velocidad. Si no es tan veloz como la versión nativa de Linux, lo es más.

La estabilidad es un tema importante en una beta y esta supera la prueba con sobresaliente. No solo es la beta más estable que jamás haya probado sino que es incluso más estable que la versión nativa de Linux. Después de todo un fin de semana de uso intensivo, no he encontrado ni un solo bug que afecte a su estabilidad. Los únicos errores que aparecen son sobre la seguridad de la conexión con el servidor que almacena toda su música (cloudfront.net). Estas conexiones están sin cifrar y son inseguras pero eso no afecta a los consumidores finales siempre que un hacker no inyecte código malicioso en la canción que vaya a escuchar aunque es poco probable que Spotify no se dé cuenta de esta intrusión en su servidor. Por lo demás, la conexión entre nuestro ordenador y la webapp de Spotify sí está cifrada mediante AES-256.

La conclusión a la que llegamos después de probar durante todo el fin de semana esta web app es que es mejor que la versión de escritorio nativa de Linux. Pero esto es tan bueno que no puede ser cierto. Me refiero a que llevo oyendo todo el fin de semana música sin publicidad ni límites cuando yo poseo una de las extintas cuentas free. Al principio, el script encargado de mostrar la publicidad (advertisement.js) estaba roto aunque más adelante lo arreglaron para dejarlo vacío. Y este es el mayor problema que le veo a esta web app. Es muy difícil que Spotify pueda incrustar publicidad que pase los filtros publicitarios o las inyecciones de CSS que le metamos. El problema (para Spotify) es que en la web, podemos modificar el código a nuestro antojo para ocultar anuncios emergentes o borrar la portada del último disco de Justin Bieber como se ve en esta imagen.
Con un poco más de trabajo, estoy convencido de que encontraremos una forma de silenciar las cuñas publicitarias e incluso podremos descargar sin autorización la música que estemos escuchando. El problema (esta vez para nosotros) es que Spotify no es tonta y no cuenta con un patrimonio neto como para hacer frente a este tipo de "amenazas" durante mucho tiempo. Tiene un margen de actuación muy pequeño en el marco temporal, por lo que creo que tarde o temprano (si no desde el primer día) la versión estable será solo accesible desde cuentas unlimited o premium como en su aplicación para iOS/Android y como en los orígenes de la versión nativa para Linux, una versión que no voy a volver a usar hasta que se acabe este chollo de aplicación web.