5 años de involución personal en el escritorio


Por casualidad, he encontrado unas capturas de pantalla de mi escritorio de hace un lustro y me gustaría compartirlas, con unos comentarios sobre la evolución (en mi caso involución), como se ha hecho con enorme éxito en unix.se.

La verdad es que antes era muy superficial y empecé en el mundo Linux hace 8 años por las enormes posibilidades que este sistema operativo ofrece en cuanto a personalización: temas GTK, iconos, docks, efectos de compiz, etc. De los primeros años no conservo ningún pantallazo pero recuerdo que mi escritorio no duraba ni una semana sin modificar algo, simplemente como ejercicio de aprendizaje y experimentación. En 2010 empecé a mandar capturas de pantalla a la sección de Escritorios Linuxeros de Ubunlog. Por aquel entonces, mi ansia de personalización ya se había calmado y ya consideraba que había adquirido un estilo y carácter propio, como se suele decir.

Mayo 2010


Aunque XFCE siempre me ha gustado, mi escritorio por defecto era Gnome 2. Ya entonces usaba AWN como dock con los magníficos iconos Token, aunque imperceptibles con ese fondo.

Julio 2010


Ese verano tuvo que ser intenso porque veo que es cuando empecé a utilizar el tema GTK Elementary y Gnome Global Menu, una especie de clon del menú de OSX.

Noviembre 2010


Creo que ya ha quedado claro que me gustan los fondos de escritorio sencillos, oscuros, fríos y apagados. Por aquel entonces reemplacé el Gnome Global Menu por Application Menu, el menú de Ubuntu Netbook Remix, cuyo diseño acabaría adoptando el menú de Unity.

Enero 2011


Este es, quizás, mi último escritorio con Gnome 2 antes de migrar a Unity. Puede que sea buen momento para expresar mi total desprecio por ese experimento fallido llamado Gnome Shell. Por cierto, estos iconos no son Token sino AwOken.

Mayo 2011


...Y llegó Unity y pese a todo lo que digan, me encantó. Es todo lo que quería para mi escritorio. De hecho, la única modificación que le hice fue poner los iconos Faenza. Dejé de participar en Escritorios Linuxeros porque mi ordenador permaneció exactamente igual durante los siguientes 4 años.

Enero 2016

Unity sigue siendo un escritorio magnífico pero la futura implantación de Mir y el paulatino deterioro de Compiz me han incitado a probar nuevos escritorios y gestores de ventanas hasta que he llegado a i3. Los gestores de ventanas de mosaico nunca me habían acabado de convencer. Ya había probado dwm, awesome y Ratpoison hace años pero su configuración era sumamente tediosa. Sin embargo i3 comparte todas las características de estos WMs con una rápida y sencilla configuración en texto plano. La mejora en la productividad que me ha aportado i3 ha hecho que lo convierta en mi gestor de ventanas por defecto. 

No comparto un pantallazo porque no hay nada que ver. He quitado todo del escritorio. No hay dock, ni barra, ni iconos; solo un fondo de escritorio que va cambiando aleatoriamente cada minuto, de entre los cientos que tengo en mi carpeta de wallpapers. He llegado así al minimalismo más puro, el vacío, donde ni siquiera las ventanas tienen decoración, ni sombras, ni transparencias. Al mantener limpio y ordenado mi escritorio, sé en qué espacio de trabajo está cada programa que abro con el rapidísimo dmenu. 

Este minimalismo radical no es algo que vaya a recomendar a todo el mundo porque puede ser demasiado extremista, pero siempre es bueno salir de nuestro círculo de confort para conseguir nuevas experiencias y poder seguir avanzando por el camino de UNIX.