En el inicio de internet, los nombres de dominios estaban almacenados en un único archivo HOSTS.TXT situado en el servidor del NIC en Stanford. Como es lógico, esa fórmula quedó obsoleta rápidamente por la imposibilidad de escalarse adecuadamente.  El actual sistema de DNS es el sustituto que desde hace 35 años lleva asignando nombres de dominio, y en todo ese tiempo, muy poco ha cambiado en este campo. La introducción de DNSSEC está siendo realmente lenta, DNS over TLS parece una solución abandonada y DoH es todavía un borrador.

Me entero a través de redeszone.net que algunos usuarios de Movistar no pueden acceder al nuevo DNS público de Cloudflare 1.1.1.1 porque esa dirección IP está reservada para uso interno del router. Mi primera reacción de incredulidad me hizo cuestionar la noticia e intentar contrastarla. Fui demasiado optimista y ahora reconozco que tampoco me extraña una situación tan bizarra viniendo de una empresa como Movistar, que no solo reconoce el hecho sino que además ofrece una solución de lo más diplomática en su foro oficial:"

Por suerte o por desgracia, mi vida es tan rutinaria que no necesito una agenda. De hecho, mi último recordatorio fue de septiembre del año pasado (tenía que ir al dentista) pero hay mucha gente con vidas ajetreadas que necesitan organizar su valioso tiempo y para ello hacen uso de google calendar o de anacrónicas agendas de papel. Los fans de UNIX tenemos a nuestra disposición una herramienta igual de potente que sus alternativas modernas, pero mucho más simple y ligera.

Rob Pike ha abierto un hilo de Twitter para recordar la historia de /bin/true en los Bell Labs. Debo reconocer que no la conocía y me ha impresionado porque sintetiza de una forma muy satírica el problema principal del sobredesarrollo de software que domina el mercado. Dejo a continuación el contenido del hilo, formateado, para un mayor disfrute.  /bin/true used to be an empty file. The shell would open it, do nothing, and exit with a true status code.

El precio del Bitcoin ha caído más del 50% en un mes hasta situarse por debajo de los 9K USD/BTC. A nadie puede extrañar la volatilidad del que es el producto financiero más absurdo de la historia. Hace ya cinco años escribí una columna en la que expresaba mi opinión al respecto. Poco ha cambiado desde entonces. El Blockchain me sigue pareciendo una estructura de datos revolucionaria que bien le valdría a Satoshi Nakamoto el Nobel de Economía si la Academia conociera su identidad.

TV-Online-TDT-Spain, el proyecto del colega @ruvelro está ganando popularidad y ya son dos programadores los que amable y desinteresadamente han aportado código para mejorar su idea original. Esto me ha hecho acercarme más a un proyecto de software libre en el que los programadores no se conocen pero colaboran para sacar adelante un concepto común. Al no dedicarme a la programación, todo esto me resulta novedoso y ha servido para demostrarme que el hype por la programación orientada a objetos sigue siendo omnipresente.

Con el fin de año, llega la 9ª edición de los premios HATS (Hats Awards of Technology & Science), del 2017.Este año me ha resultado preocupantemente rutinario, quizás sea por la desaceleración de la Ley de Moore que ha frenado la innovación en la industria del silicio o porque ya todos los videojuegos son precuelas/secuelas/remakes/reboots de los clásicos más populares, tomando el mismo camino que la industria del cine que desde hace un lustro solo sabe hacer dinero con grandes sagas repetitivas.

Twitter me gusta cada vez menos. No es sólo por el aumento a 280 caracteres que, en mi opinión destruye la esencia del microblogging, sino por motivos más trascendentes como el hecho de que @realDonaldTrump se pase por el forro todo el código de conducta de Twitter y no sea baneado mientras que se silencia a @rosemcgowan por denunciar ser víctima del acoso; por no hablar de la escoria humana del supremacismo blanco que divulga su pensamiento racista desde sus cuentas verificadas mientras twitter mira hacia otro lado.

Aunque Google Drive está ganando terreno, Microsoft Office sigue dominando el mundo del software ofimático. Unos compañeros y yo nos pusimos a comentar este tipo de herramientas y les resultó curioso que yo trabajase con programas que nada tienen que ver con los convencionales, a los que ellos estaban acostumbrados, así que voy a profundizar en el asunto y presentar mis alternativas, que utilizo a diario y que tan buenos resultados me traen, por si alguien quiere copiar mi estilo.

Al principio, este blog utilizaba el subdominio que le asignaba blogspot, una solución poco elegante y menos profesional. Por casualidad, me regalaron un año de registro en el TLD .es. Mi experiencia fue satisfactoria y decidí migrar a un dominio más neutro, el .com que sigo utilizando desde hace ya siete años no solo en este blog sino como dominio de mi curriculum, de mi DDNS y un par de servidores privados más, aparte de mi correo electrónico corporativo de G Suite (anteriormente Google Apps).