No voy a pretender por un segundo que sé algo de electrónica porque estaría mintiendo de forma descarada. Sin embargo, la tecnología es el remedio perfecto para la incompetencia humana y nos permite realizar tareas que hasta hace unos años parecían inimaginables, como el diseño de PCBs de la forma más simple, como si se tratara de un videojuego, uniendo y reordenando piezas hasta alcanzar un producto de aspecto profesional.
Este no es un blog para novatos. Siempre lo he escrito pensando en informáticos que quisieran expandir sus conocimientos pero que partieran de una sólida base de habilidades en la línea de comandos y en las peculiaridades y características de los sistemas basados en UNIX. Sin embargo un compañero me pidió consejo sobre Vim porque quería empezar a usarlo (creo que ahora edita con Notepad++) y le mandé un email con una serie de pautas que me gustaría compartir públicamente por si pudieran ser útiles a alguien más.
Electron es una tecnología completamente insidiosa. Puede confundir a un usuario, haciéndole creer que se trata de software nativo cuando en realidad no es más que una página web, con lo que esto conlleva. Cuando GitHub lanzó Atom, me pareció un experimento muy interesante. Crear un editor web basado enteramente en tecnología web estaba cargado de una lógica bastante estética pero lo que hace años no me di cuenta (porque nunca llegué a probar Atom) es el precio que tenías que pagar por él.
Seré breve. Últimamente estoy leyendo bastantes RFCs y siempre acudo a la web de la ietf porque tiene un formato sobresaliente y sin frivolidades, aunque me gustaría una alternativa de emergencia para estudiar offline. El paquete doc-rfc-std de Ubuntu nos trae todo el catálogo al directorio /usr/share/doc/RFC/ para poder consultar desde nuestro emulador de terminal favorito estos documentos, con herramientas UNIX como less.
Es demasiado farragoso tener que ejecutar
El omnisciente algoritmo de YouTube me ha recomendado el vídeo Manage Your Dotfiles With Style! sobre la utilización de GNU Stow para gestionar la ordenación y despliegue de dotfiles. Stow es una de las herramientas más populares para llevar a cabo este tipo de tareas pero nunca la he usado porque me parece absolutamente innecesaria. Es un abuso espurio de un software que está pensado para instalar paquetes en sus propios árboles de directorios que, mediante enlaces simbólicos aparentan estar instalados en el árbol común.
Estoy leyendo el último libro de G. R. R. Martin y con cada página que termino me doy cuenta de la labor titánica de cohesión entre genealogía, historia, política, geografía y cultura que ha tenido que entretejer para dar forma un universo coherente y funcional. Un trabajo complejísimo, sobre todo si tenemos en cuenta que utiliza las herramientas más rudimentarias para escribir sus novelas, WordStar 4.0 en un viejo ordenador con MS-DOS.
Con el fin de año, llega la 10ª edición de los premios HATS (Hats Awards of Technology & Science), del 2018.
Me falta la perspectiva que aporta el tiempo y la reflexión sobre el pasado pero es muy probable que 2018 termine siendo recordado como una año de transición. La calma que precede la tempestad que puede caracterizar 2019, marcado por la guerra comercial entre USA y China y el Brexit.
No hay blog que se precie en el campo de la informática y las tecnologías que no inunde sus páginas con ridículas entradas sobre esteganografía.
La esteganografía es la codificación de información que se inserta en imágenes o audios para ocultarla. Nótese que en ningún momento utilizo términos criptográficos porque la esteganografía no solo no tiene nada que ver con la encriptación sino que va en contra de esta. La criptografía es una ciencia exacta basada en el principio de Kerckhoffs, que postula que un sistema criptográfico debe ser seguro incluso si todo en el sistema, excepto la clave, es conocido.
Lo recuerdo como si fuera ayer mismo. Era una tarde de finales de verano y yo estaba merendando una tarta de manzana y un zumo mientras instalaba el navegador que Google había desvelado inesperadamente tres días antes. No tardé más de veinte minutos en darme cuenta de lo revolucionario de este software y decidí usarlo como navegador por defecto a pesar de su temprano estado de desarrollo (en torno a la versión 0.
He descubierto en el blog de Alex Schroeder, uno de mis compañeros de IRC, una referencia casi distópica, redactada por el mismísimo Aaron Swartz.
Corría el año 2002 y yo estaba muy ocupado jugando al Counter-Strike mientras el jovencísimo genio Aaron Swartz ya formaba parte del grupo de trabajo RSS-DEV. Por aquel entonces, RSS 2.0 era un desastre anterior a la aparición ATOM, y a Aaron se le ocurrió promulgar la siguiente iteración del standard.